sábado, 26 de septiembre de 2009

La Golpiza

-Steph! Por Dios! Que te paso?
Tenia el labio partido, obviamente sangrando y el ojo derecho todo morado; le habian dado una buena paliza.
Entro tambaleandose a la habitacion y se desplomo en el sillon de cuero sintetico, mi ''cama''. Cerro los ojos y dijo muy entrecortadamente:
-Estaba... muy cerca... de aqui... cuando unos... tipos de... pinta muuuuy... rara me... agarraron... y bueno... viendome sabes... el resto.
-Estas hecho una pena, voy a buscar algo para curarte, o por lo menos limpiarte. Que suerte que estamos en un hospital! -le dije mientras me daba la vuelta y fui hacia una especie de guardaropas donde guerdaban banditas, cremas y esas cosas.
Cogi algunas gasas, agua oxigenada y sinta para pegar las vendas.
-Estate quieto -le adverti-, de lo contrario te va a doler mas o vas a conseguir que te meta agua oxigenada en los ojos.
-Lo que usted diga, ma'm.
-No empecemos con el frances, por favor.
-Esta bien ma'm.
Lo mira fijamente y se disculpo, despues yo me rei y lo empece a curar. Me parecia rarisimo que Laura no se hubiera puesto a hacer preguntas, entonces cuando me di la vuelta a ver si le pasaba algo me di cuenta de que se habia quedado dormida viendo la tele, asi que no me preocupe en absoluto.
-Ya esta, pronto!
-Gracias.
Me miro con ojos tiernos, agradecidos. Yo me sente a su lado y le pregunte:
-Por que esos hombres te agarraron? Tenias algo? una mochila, venias hablando por celular?
-Tenia una mochila donde traia mi almuerzo y el tuyo. Ah, y venia escuchando musica por ese aparato que me dio mi padre para mi cumpleaños.
En ese momento su estomago crugio, y puso cara de disgusto al darse cuenta de que no tenia nada de comer que le gustara.
-Ven -le dije mientras lo cogia de la mano y lo levantaba-, descubri algo en al cafeteria el otro dia que de seguro te gusta.
Fuimos hacia la cafeteria y yo ya me habia echo amiga de la señora que te daba la coida. Era una mujer con los 50 bien cumplidos, gordita y llena de arrugas. Tenia el pelo blanco, llenos de canas con los ultimos mechones rubios de su ''ex-color'' y los ojos de un celeste apagado. Era muy graciosa.
-Rebecca! Hace rato que no te veia por aqui!
-Vine ayer Sra. Schneider -le recorde.
-Ya te dije que me llames Frederika.
-Como usted diga, Fredericka -le conteste, con una sonrisa.
Yo seguia arrastrando a Steph de aqui para alla. Asi que lo solte.

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