lunes, 21 de diciembre de 2009

El accidente.

Daba miedo. Estaba hecho una pena.
Tenia una venda ensangrentada cubriéndole la frente y un ojo morado, la pierna derecha enyesada y el brazo del mismo lado en cabestrillo, sin mencionar los millones de cortes y cardenales que tenia visibles.
-Zac! Como estas? -me pareció una pregunta estúpida, ya que estaba mas que claro que no estaba bien, pero aun así fue la única que pude formular.
-Bien, sin contar que casi muero aplastado por un auto, perfectamente -dijo sonriendo. Como hacia para estar siempre de buen humor?
-Y tu? Por que estas aquí? -me pregunto.
-Tengo neumonía. Pero no es grave.
Con un gesto de la mano izquierda, que por mas que no estaba en cabestrillo, estaba vendada y con la vía intravenosa, me indico que me sentara en el sillón de al lado de su cama.
Hablamos de todo un poco: de mi enfermedad, de que había estado haciendo estos días, de como me encontraba yo, y del accidente...
-Como fue que te paso esto? -le pregunte mientras le acariciaba la parte no vendada de su mano.
Suspiro, y comenzó, tenia toda la pinta de ser una conversación algo larga.
-Estaba cruzando la calle para llegar a tu casa, quería ver si te estabas ahí, ya que en estos días últimos te haba ido a visitar y no había nadie.
Me miro con ojos tiernos un momento y luego continuo.
No se si lo sabes, pero le otro día llovió muy fuerte, y hacia mucho frió, entonces el agua se congelo en las calles -asentí-. Entonces, cuando yo estaba atravesando la calle, el automovil salio de la nada y me embistió de golpe. Nunca, en mi vida, nunca, había sentido tanto dolor como cuando me pego ese vehículo. Y mira que te lo digo yo, un indigente. Como te abras dado cuenta, me embistió por el lado derecho -añadió mostrándome el brazo en cabestrillo y la pierna enyesada-. Volé, hablando de la forma mas literal que te puedas imaginar, por los aires, y el auto que me golpeo se dio contra un poste de luz, por lo cual se le rompieron todos los cristales y me callerón todos arriba. Sentí como si miles de nimias navajas me cortaran la piel, una por una, concentrándose en cortarme cada una mas lenta y dolorosamente que la anterior, sentía moraduras y machucones por todo el cuerpo. Cuando, de repente, deje de sentir dolor. Ahí debió de haber sido cuando perdí la consciencia, por la perdida de sangre... -dijo, pensativo, con la mirada perdida, imaginando cosas que yo nunca llegaría a ver o sentir; gracias a Dios.
Me llamo la atención que mama no nos hubiera interrumpido en toda la tarde. Capaz que todavía no había digerido el tema de que yo fuera amiga de un indigente, o estuvo todo el tiempo ensimismada con nuestras historias.
-Me alegro que estés bien -le sonreí-, sinceramente. Es tarde, y no es que yo este en perfectas condiciones, así que es mejor que vuelva para mi habitación -añadí, bostezando.
-Tienes razón, perdón por haberte retenido tanto tiempo.
-Nada de eso, fue fascinante, aunque todo esto de fascinante no tiene nada. Te gustaría que mañana te viniera a visitar otra vez?
-Claro, todas las veces que quieras -dijo mientras asentía.
-Bueno, en ese caso -le dijo yo mientras mamá me ayudaba a pararme-, hasta mañana.
-Que descanses.

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Chicas, gracias por comentar, aunque los comentarios sean pocos :P, y gracias a todas las que me siguen. Me gustaría pedirles que le pasaran el blog a sus amig@s así ellos lo pasan y así sucesivamente.
Con respecto a las frases mal dichas por Zac, es por gusto, no se preocupen.
Gracias por estar ahí, son la razón por la cual, este blog sigue.
Bsss. Beck.

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